Este tipo de bombas fueron usadas contra los romanos durante su campaña en lo que ahora sería Irak. En el año 198, Severo intentó cercar la ciudad de Hatra, ciudad que ya había resistido el ataque de Trajano en el pasado. Los romanos iban avanzando hacia la ciudad amurallada acompañados de los habituales instrumentos de ataque como: catapultas y ballestas de gran alcance. Usualmente nadie resistía un ataque por parte de los romanos, ya que sus tácticas y su tenacidad siempre acababan con el enemigo, pero la ciudad de Hatras estaba preparándose para el ataque; reunieron pequeñas vasijas y muy cuidadosamente las llenaron de escorpiones que había capturado, de una particular especie de picadura dolorosa y letal. Cuando tuvieron las supuestas bombas listas regresaron a la ciudad y se quedaron esperando a los romanos. Cuando los romanos comenzaron a escalar las murallas lanzaron las bombas con escorpiones sobre ellos, obligando a los romanos a retirarse.
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