“Sustancias que causan daño físico a los pulmones. La exposición es a través de inhalación. En casos extremos, las membranas se hinchan y los pulmones se llenan de líquido (edema pulmonar). La muerte es por falta de oxigeno; por lo tanto la víctima es "sofocada".”
• Fosgeno
Fue descubierto en 1812 por Davy, quien lo obtuvo mientras observaba la acción de la luz sobre una mezcla de cloro y óxido de carbono. Es un gas venenoso e irritante, 3,45 veces más pesado que el aire; es incoloro, sin embargo puede aparecer como una nube que varía de blanco a un amarillo claro y tiene un olor muy fuerte; no es inflamable pero puede quemar sustancias inflamables que hay a su alrededor. Este agente se obtiene por la reacción del cloro con el monóxido de carbono.
El fosgeno puede ser liberado en el aire como un gas que reacciona con la humedad de la lluvia y de las nubes creando otro tipo de sustancias. También puede ser dispersado en el agua donde degrada a otros productos y cuando es dispersado en la tierra, no se adhiere al suelo puesto que una parte se evapora y la otra contamina el agua subterránea.
El gas y líquido del fosgeno dañan gravemente la piel, los ojos, la nariz, la garganta y principalmente los pulmones. Los efectos de este agente se presentan de acuerdo a la exposición; si es inhalado, en niveles bajos de concentración, causa irritación en los ojos y la garganta, pero si se inhala grandes concentraciones se presenta dificultad para respirar, lo cual provoca la muerte por fallo pulmonar. Si el fosgeno, siendo líquido o gaseoso, entra en contacto con la piel u ojos, provoca quemaduras químicas o congelación. Si se ingiere provoca daños en la boca, garganta, esófago y estómago.
Entre los agentes químicos utilizados en la guerra, el fosgeno fue el que causo el mayor número de muertes.
El fosgeno puede ser liberado en el aire como un gas que reacciona con la humedad de la lluvia y de las nubes creando otro tipo de sustancias. También puede ser dispersado en el agua donde degrada a otros productos y cuando es dispersado en la tierra, no se adhiere al suelo puesto que una parte se evapora y la otra contamina el agua subterránea.
El gas y líquido del fosgeno dañan gravemente la piel, los ojos, la nariz, la garganta y principalmente los pulmones. Los efectos de este agente se presentan de acuerdo a la exposición; si es inhalado, en niveles bajos de concentración, causa irritación en los ojos y la garganta, pero si se inhala grandes concentraciones se presenta dificultad para respirar, lo cual provoca la muerte por fallo pulmonar. Si el fosgeno, siendo líquido o gaseoso, entra en contacto con la piel u ojos, provoca quemaduras químicas o congelación. Si se ingiere provoca daños en la boca, garganta, esófago y estómago.
Entre los agentes químicos utilizados en la guerra, el fosgeno fue el que causo el mayor número de muertes.
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